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La importancia de los probióticos

La importancia de los probióticos

Cuando mis hijos eran chiquitos, empecé a hacer en casa una bebida fermentada que se llama kéfir (puede ser de leche o de agua), es muy similar al yogur y tiene bacterias que son muy beneficiosas para nuestro organismo. Una amiga mía lo cultivaba, y cómo se reproducen de forma muy rápida y genera excedentes , me regalo nódulos del hongo para que yo pueda prepararlo. Así empezó mi incursión en consumir probióticos.

Es buena para  tratar algunos problemas digestivos, mejorar la salud de los huesos y combatir infecciones bacterianas de forma totalmente natural.

Diego Cáceres, mi nutricionista, nos va a compartir más sobre todas sus propiedades y beneficios.

 

Hablemos del intestino y los probióticos

En nuestro interior habitan organismos microscópicos a los que de alguna manera les debemos la vida, las bacterias. Los seres humanos tenemos diez veces más bacterias que cantidad de células. 

Las bacterias están concentradas principalmente en el intestino grueso, también el delgado. Además, en el estómago, esófago, vagina, pene, piel, lengua y otros órganos. Generan un ambiente saludable o enfermo sobre cada uno de estos órganos, dependiendo, entre otras cosas, del alimento imperante. 

El intestino grueso es uno de los órganos más extensos del cuerpo humano -7mts. o más- y uno de los que mayor posibilidad tiene de albergar cantidad y variedad de especies bacterianas. Es imposible estar sano si las bacterias que tenemos en nuestro intestino grueso no son buenas. 

En ese sentido el intestino es una suerte de campo de batalla donde avanza una guerra biológica entre las buenas y malas bacterias e incluso algunos soldados indecisos que tomarán partido por uno u otro bando a conveniencia o según el alimento ingerido. Los soldados buenos –las bacterias buenas- se llaman lactobacillus o bifidobacterias y tienen cuatro grandes funciones: combatir a las bacterias patológicas, auxiliar en el proceso de digestión/absorción de los alimentos, crear nutrientes y, por último, proteger la membrana intestinal que, cuanto más integra, mejor salud general (inclusive se cree que la ruptura de esta membrana es el inicio de toda enfermedad autoinmune). Por su parte, los soldados malos o bacterias patológicas atacan esa membrana intestinal con ayuda de distintas sustancias inflamatorias que dañan el terreno biológico y sus células. 

Dentro de este campo de batalla debe de haber un equilibrio. Mayoría de soldados buenos, menos malos, armas de destrucción y ataques a los cuarteles. En esa disputa, cuando los alimentos que entran al cuerpo son tóxicos, la batalla termina: ganan las bacterias malas. Es que muchos alimentos, en especial los industrializados, ricos en azúcar o químicos y edulcorantes, como la sucralosa (1), funcionan como artillería.  

Este tipo de alimentos se relacionan con la obesidad, ansiedad o depresión. Los pacientes ansiosos o depresivos suelen tener un deseo descontrolado por alimentos de tipo industriales y una dieta rica en azúcares. 

Analizando el eje intestino, cerebro y cuerpo se descubre por qué una persona es obesa, el nivel de alteración de su microbiota, de bacterias del mal en su intestino (2). No es casual que la permeabilidad intestinal a los alimentos tóxicos y bacterias patógenas, se relacione con un esteatosis hepática (3)(4). Así, el síndrome metabólico es un caso a estudiar dentro de la nutrición para el tratamiento y mejora de casos como la esteatosis hepática y obesidad. 

Pero así como existen los alimentos de tipo tóxicos, hay alimentos que funcionan como armas ideales para recuperar la microbiota humana. Los alimentos ricos en fibra insoluble, por ejemplo, sirven para recuperar el peso corporal (5), controlar el deseo de comer y, sobre todo, evitar comer aquello que fortalece el accionar de las bacterias patógenas. También las ingestas de alimentos fermentables protegen la integridad intestinal generando ácidos grasos de cadena corta para dar batalla a las bacterias del mal. Funcionan como alimentos funcionales que refuerzan la salud del intestino, el cerebro y el cuerpo a nivel general, neutralizando incluso las células más malignas. 

Por lo contrario, los hidratos de carbono son los nutrientes que más exacerban la cantidad de bacterias malas. Cuanto más refinados, mayor es el daño que producen. 

 

Qué son los probióticos

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS) los probióticos son microorganismos vivos que, suministrados en cantidades adecuadas, confieren beneficios únicos para la salud y el organismo anfitrión. La condición: pasar por el estómago y llegar vivos al intestino. 

Nuestros probióticos favoritos son el kéfir y la kombucha. El kéfir mejora gran parte de la salud intestinal, junto con alimentos de fibra fermentable y la disminución del consumo de alimentos que sea fuentes de hidratos de carbono. Y la kombucha mejora a nivel gástrico la digestión, aportando las muy necesitadas enzimas para la correcta digestión. En síntesis, el kéfir ayuda a la absorción de los nutrientes y la kombucha ayuda específicamente en el proceso digestivo.

 

El kéfir

Varios estudios han demostrado que elproducto kéfir y sus componentes tienen actividad antimicrobiana, antitumoral, anticancerígena e inmunomoduladora, además de mejorar la digestión de la lactosa (6), entre otros beneficios.

La palabra kéfir deriva del término turco keyif que significa "sentirse bien" después de una ingestión. Esta suerte de bebida tiene lactobacillus o bacterias lácticas, beneficiosas para el intestino y que responden a las siglas SCOBY, symbiotic colony of bacteria and yeast. 

Sea de leche o de agua (con frutas y sabor dulce), el kéfir tiene grandes beneficios para la salud. Algunos más de los ya mencionados: inhibir el crecimiento de patógenos (7), propiedades anticancerígenas (8), disminución de la inflamación sistémica, así como es también importante durante un plan de recuperación del hígado graso no alcohólico (9)(10). Esta bebida, que muchas veces se presenta tipo gaseosa, es trascendente por la acción de ayudar a llevar adelante distintos cambios en la alimentación y estilo de vida para mejorar el ambiente inmunitario, junto con el aumento de neurotransmisores de salud como los de la serotonina.

 

La kombucha 

La kombucha es un tipo de té y por sus bacterias y levaduras acéticas aparece como una opción ideal para toda persona mayor de 40 años –aunque no es condición necesaria- que sufre la disminución de sus enzimas digestivas de forma natural.  

Este té (con azúcar y sabor algo picante) previene la mal digestión y sobre todo la mala digestión proteica que debilita la masa muscular, aumenta las proteínas mal digeridas y los factores inflamatorios y tóxicos sobre la membrana intestinal. También tiene muchísimas propiedades antioxidantes (11), combate el exceso de oxidación proveniente del metabolismo celular o de la misma toxicidad de los alimentos garantizando un estado más saludable, inclusive si se trata de personas con mayor nivel oxidativo producido por glicación (12), como en el caso de los diabéticos. Y al igual que el kéfir, la kombucha también ayuda a una condición hepática saludable (13).

 

Recomendación y tips del nutricionista

Buscar comunidades en Facebook donde se regalen kéfir de agua o kombucha.

Prepararlos en casa, es muy sencillo (poner el té o frutas en agua y azúcar, agregar los nódulos y dejar fermentar, en el caso del kéfir de 1 a 3 días y, en el caso de la kombucha, 1-2 semanas dependiendo el nivel de fermentación). No preocuparse por el tipo azúcar en la preparación.

Durante el proceso cuidar la higiene del lugar para evitar colonias indeseables.

Variar día a día entre kéfir y kombucha. Esta indicación vale también para deportistas y personas adultas o mayores.

Entender que esta es una opción para recuperar salud y mejorar la calidad de vida. 

 

Lic. Diego Cáceres 

Nutricionista M. N. 7607

Director de NUTREAL

 

Bibliografía

https://www.ncbi.nlm.nih.gov/m/pubmed/18800291/

https://academic.oup.com/jcem/article-abstract/103/4/1491/4834036

https://www.ncbi.nlm.nih.gov/m/pubmed/28049662/

http://www.eurekaselect.com/113008/article

https://gut.bmj.com/content/early/2014/11/17/gutjnl-2014-307913

http://www.scielo.br/scielo.php?pid=S1517-83822013000200001&script=sci_arttext&tlng=pt

https://www.cambridge.org/esearch/article/culture-supernatant-produced-by-lactobacillus-kefiri-from-kefir-inhibits-the-growth-of-cronobacter-sakazakii/70D536105ABDADB2C35C74AC2BE13A9F

https://www.journalofdairyscience.org/articule/S0022-0302(18)30175-9/fulltext

https://www.ncbi.nlm.nih.gov/m/pubmed/28384519/i=3&from=/29508520/related

https://www.nature.com/articles/ijo2013236

https://www.ncbi.nlm.nih.gov/m/pubmed/14631833/?i=15&from=kombucha%20enzyme

https://www.ncbi.nlm.nih.gov/m/pubmed/23907022/?i=6&from=kombucha%20enzyme

https://onlinelibrary.wiley.com/doi/abs/10.1002/jsfa.6245

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