Está en boca de todos desde hace ya un tiempo. Algunos lo aman, otros no tanto. Pero es innegable que posee una serie de propiedades más que interesantes tanto para la piel y el pelo como para algunas funciones del organismo. Soy una persona extremadamente curiosa y me encanta investigar aquello que nos brinda la naturaleza. Y, en este caso, tengo que confesar que el aceite de coco se ha vuelto un caballito de batalla para mi alimentación y rutinas de belleza. En esta nota les cuento y comparto el motivo de esta elección.
Pelo. Aplicar aceite de coco en el cabello es una buena opción cuando lo que se necesita es un aporte extra de nutrición. El aceite penetra en profundidad en la fibra capilar, la regenera y la mantiene a resguardo de las agresiones externas como la contaminación, los químicos y los tratamientos capilares. Se recomienda especialmente para las que tienen el pelo seco o dañado. En estos casos, unas gotas permiten reparar las puntas y estimular el crecimiento de las fibras. Lo mejor es aplicarlo y dejarlo actuar durante la noche. ¿Cómo hacerlo? Con el pelo envuelto en una gorra o toalla para evitar manchar las sábanas. También se puede usar como mascarilla antes del lavado, como crema de enjuague o, incluso, como producto anti-frizz sin necesidad de aclarado.
Eso no es todo. El aceite de coco es un buen aliado al momento de controlar o disminuir la caspa, ya que tiene propiedades antimicóticas y antibacterianas, gracias a las que alivia la sensación de comezón. En este caso, se debe colocar sobre el cuero cabelludo con un suave masaje, desde la raíz hasta las puntas e ir controlando su progreso con el correr de los días.
Boca. Hay una técnica ancestral de la medicina Ayurveda que tiene como protagonista al aceite de coco y que consiste simplemente de enjuagarse la boca durante varios minutos con este ingrediente. Como soy muy curiosa, vengo probando el método hace un tiempo y los resultados me sorprendieron. Pero, lo mejor antes de hacerlo en casa siempre es consultar con un profesional idóneo, especialmente en los casos de enfermedades bucales. La idea es enjuagarte la boca durante 20 minutos con una cucharada de aceite de coco, sin tragar e, idealmente, en ayunas. Después hay que escupir el aceite (hacelo en la basura y no en el lavamanos, para no perjudicar la depuración de las aguas).
Según la teoría del oil pulling (como se conoce a la técnica), las toxinas solubles en grasa (como los metales pesados, los parásitos, los pesticidas, aditivos, etc.) que quedan depositadas en la lengua, la cavidad bucal y los dientes, son absorbidos por el aceite, y por tanto se van adhiriendo a él conforme lo movemos por el interior de la boca. Es una buena alternativa para la inflamación de encías, para eliminar bacterias y desintoxicar el aparato digestivo.
Piel. Rico en vitamina E, es un poderoso antioxidante que actúa contra el envejecimiento, repara los tejidos y, a la vez, funciona como un muy buen hidratante tanto para pieles secas como para las que tienen tendencia grasa. Sí, leíste bien. En estas últimas, el aceite de coco ayuda a eliminar el exceso de sebo y a unificar el tono.
Además se puede usar como hidratante de noche, como desmaquillante (especialmente para limpiar por completo las máscaras waterproof que resultan complicadas de quitar por completo), como bálsamo labial o como humectante para después de la ducha.
Siguen los usos. Este es uno que particularmente me gusta mucho. Como desodorante natural y gracias a su componente de ácido láurico antibacteriano, inhibe la reproducción de las bacterias que causan mal olor. Lo mejor es su aroma dulce que evoca la playa y el mar.
Para los pies cansados, un masaje relajante con aceite de coco relaja puntos importantes del cuerpo y trabaja sobre durezas y asperezas. Para mejorar esta zona también se puede preparar un exfoliante casero. Solo hay que mezclar con aceite de oliva y azúcar y frotar la mezcla en las áreas dañadas. Así, las escamas de la piel muerta se sueltan y los pies quedan suaves y limpios.
Alimentación. Se puede usar tanto crudo en licuados, como en el café o para cocinar. A mí me gusta ponerle una cucharadita al mate para aprovechar de esa forma sus beneficios. En la cocción, es interesante saber que el aceite de coco resiste temperaturas extremadamente elevadas (mucho más que cualquier otro aceite poliinsaturado como el maíz, la soja, o el girasol), por lo que mantiene mejor sus propiedades durante el proceso.
Como ven, son muchos los usos y beneficios de este producto tan noble. En su consumo y uso moderado y equilibrado está el secreto para sacar provecho de sus ingredientes y potenciar sus efectos.